Las nubes se
arremolinan por el poniente, señal que viene tormenta. Pero no solo basta con
saber leer las señales del cielo, necesitamos escuchar los gemidos de la Tierra
y el grito de los Pobres. En estos días las comunidades originarias, criollas,
de trabajadoras y trabajadores del Pueblo jujeño se han lanzado proféticamente
a las rutas de nuestras vidas para interpelar el momento histórico que vivimos
y la necesaria acción y decisión que debemos multiplicar. En plenas
acciones y torbellinos de violencias, represiones, atropellos, y tiranías
esclavistas, contaminantes y opresoras, la acción ancestral nos exige
contemplación, escucha y acción.


El presente nos trajo a nuestras y nuestros
ancestros mártires heroicos de ayer, para que escuchemos sus testimonios consejeros sobre las peleas que con creatividad debemos dar hoy; y así poder recuperar el sueño de un Buen Vivir
en armonía y abundancia sin explotadores ni explotados. Recuperarnos en esas luchas como
criadores de la Creación, donde "yo Soy porque Somos nosotros".
Recuperar nuestra trascendente misión existencial de ser los guardianes y
guardianas, cuidadores y cuidadoras de nuestras Comunidades y de la Madre
Tierra. Recuperar el sentido de nuestras vidas en la lucha por la defensa del
agua, del aire, de la tierra…del Territorio, del Universo, de nuestra
Humanidad.


Ante nuestra fragilidad y pequeñeces individuales, corporativas y
sectoriales, nos inunda el angustiante sentimiento de que todo se derrumba, que nos gana la desconfianza, el dolor de traiciones, la impotencia frente a grandes corporaciones económicas y comerciales, las heridas del destrato y las negaciones de falsos e hipócritas decididores; la tristeza y la desesperanza crece con el hambre, la droga y el desempleo. Allí es cuando debemos detenernos y contemplar el entorno; redescubrir entre los escombros la vida que reclama, que empuja, que se asoma.



Esos son los momentos que nos recuerdan que debemos ESCUCHAR, SABER VER, RAZONAR CON EL CORAZON Y NO SOLO CON LA CABEZA.
ALLI APARECEN LAS COMUNIDADES JUJEÑAS. Aparece un moreno en sandalias, que nos
recuerda a varias y varios morenos y mestizos originarios como todos somos,
porque PUEBLO SOMOS; parado en la ruta, habiendo recibido balazos de goma en los
ojos y en todo el cuerpo, parado frente a políticos y fuerzas policiales gritándoles:
“HIPOCRITAS, QUE
BIEN CONOCEN LAS SEÑALES DEL CIELO Y CÓMO NO SABEN VER LAS DE LA TIERRA. Sí, VA
A HABER TORMENTA.PERO AQUÍ ABAJO. HIPOCRITAS, ¿NO SE DAN CUENTA LO QUE ESTA
PASANDO? EL PUEBLO DESPIERTA Y USTEDES SIGUEN DORMIDOS. Y AL QUE NO SE VENDE
POR DINERO LO LLAMAN LOCO Y SOÑADOR. HIPOCRITAS”; y dándose vuelta nos mira a
la cara y nos indica: “DESDE HOY DEBEREMOS TENER MUCHO OJO CON LA LEVADURA DE
LOS FARISEOS. BASTA UN POCO DE MALA LEVADURA PARA CORROMPER TODA LA MASA. ESTA
GENTE ESTA PODRIDA, Y LO QUE BUSCA ES PUDRIRLO TODO. LO DE ELLOS ES TRABAJAR EN
LA OSCURIDAD Y CORROMPERLO TODO. ENTONCES LO NUESTRO SERÁ TRABAJAR A LA LUZ DEL
DIA. TODOS SUS PLANES LO SACAREMOS AL AIRE. Y TODO LO QUE ANDAN DICIENDO A
PUERTAS CERRADAS, LO GRITAREMOS DESDE LAS AZOTEAS DE LAS CASAS. SI CREEN QUE
TIENDREMOS MIEDO, SE EQUIVOCARON. NO DAREMO NI UN PASO ATRÁS.” ("Un tal Jesús" N°62)

Se oscurece el
cielo, y en medio del torbellino, en plena calle y ruta, el tiempo se detiene.
Primera lección: el Tiempo no es lineal; es curvo, todo retorna con mayor
aprendizaje…y aquí estamos. Debemos contemplar las señales y los mensajes, sino
nos volveremos a equivocar. Debemos salir de esta crisis mejores, diría
Francisco Papa; y también nos diría: "detente, contempla, discierne, razona cordialmente…las
respuestas están en el Tiempo más que en la geografía." Entonces es verdad que
vienen por nuestras tierras y bienes comunes por su avaricia imperial; pero mas profunda Verdad es que vienen por nuestra
Identidad, por nuestra Historia, por nuestros Ancestros, por la Palabra, vienen
a exterminar nuestro Pueblo, vienen a desmembrar a nuestra Patria, vienen a violar y matar a nuestra Madre Tierra.


Entonces todo
toma sentido una vez más. Todas nuestras reacciones dispersas deben
reencontrarse en el Tiempo, en el Tiempo del Pueblo, en la Mística patriótica
materna, en el Tiempo y la Palabra de nuestros ancestros que lo dieron todo
para que nosotros hoy estemos; nuestras resistencias dispersas deben
reencontrarse en un mismo sentir, un mismo espíritu, en el cruce de los caminos
de nuestros Tiempos en este momento de crisis civilizatoria. Es una nueva
oportunidad, es la posibilidad que una vez mas se nos brinda de volver a
renacer mejores, sanados y mas sabios.
«Levantad los ojos y mirad los campos, que ya están listos para la cosecha» (Jn 4,35). «El reino de los cielos es como una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas y se hace un árbol» (Mt 13,31-32).

Estamos en el solsticio de invierno en
medio de un quiebre sistémico, en un desafío colectivo. No hay idea individual o
sectorial que pueda abarcar la magnitud de la Revolución por encarar. Estamos obligadas y obligados
a encontrarnos, y superar juntos este desafío por la supervivencia propia y la
del Planeta. No hay forma de obviar la etapa penosa y lamentable a la que la
avaricia, la codicia y el egocentrismo, diseñando este sistema de depredación y
consumo, nos han llevado. Nadie se salvará solo o sola. Solo el Pueblo
organizado, con fe en sus pasos y saberes ancestrales, y con esperanza en su constante caminar hacia la Liberación en el Amor que nos
humaniza y hermana, puede dar batalla a esta guerra de rapiña, hipocresía y
odio.


Este tiempo
invernal, en el que en el mejor de los casos hemos cosechado voluntades previendo tiempo
difíciles, que contamos con fortalezas si supimos construir Comunidad
para la resistencia; es al mismo tiempo, un momento en el que nos preparamos para
la Siembra. Es un tiempo, al decir de la hermana quechua en la vigilia frente a la Casa de
Jujuy en la gran Ciudad: "es tiempo de que escuchen; ustedes nos necesitan y nosotros
los necesitamos. No podrán comer si nosotros no cultivamos, no podrán beber si
no luchamos juntas y juntos por el agua. Nuestra Madre Tierra debe descansar de
tanto que nos dio, y debemos defenderla como sea de la voracidad ignorante
colonial; para celebrar luego con ella, los primeros días de Agosto, su recuperación
para continuar dando frutos."

En estos días donde estamos pasando la noche y los
días mas largos, debemos encontrarnos, reflexionar, contemplar,
razonar con el corazón, para comenzar a sembrar ideas comunes, fecundar propuestas y consensuar caminos hacia la concreción de otro Mundo
posible, uno donde quepan todos los mundos. Estamos empujados por
nuestras deidades a celebrar la resistencia, la cultura de la Vida; y en las celebraciones de lucha, renovar nuestras fuerzas en este gran Movimiento Popular en el que renacemos como guardianas,
criadores, cuidadores y cuidadoras de nuestras Comunidades, de la Madre Tierra, de la Vida en
armonía y abundancia.


Las y los
profetas lo anuncian en las rutas. El Tiempo se detiene, todas y todos los que
antes que nosotros lo intentaron se presentan. Las nubes se remolinan en el
poniente anunciando tormenta aquí, en nuestras tierras. El tata Sol irrumpe acariciando nuestras caras, y la hermana Luna ilumina el camino oscuro. No hay miedo. Me
encuentro porque Nos hemos encontrado; y no hay hipócritas, ni levadura de
fariseos que puedan pudrir y matar la fuerza de Vida que en nosotros vuelve a
renovarse una vez mas.
"La
mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando. Dios los soñaba mientras
cantaba y agitaba sus maracas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía feliz y
también estremecido por la duda y el misterio.
Los
indios makiritare saben que si dios sueña con comida, fructifica y da de comer.
Si Dios sueña con la vida, nace y da nacimiento.
La
mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo
brillante. Dentro del huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho
alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. Soñaban que en el sueño de
Dios la alegría era más fuerte que la duda y el misterio; y Dios, soñando
creaba, y cantando decía:
Rompo
este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero
nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca
dejarán de nacer, porque la muerte es mentira." (La Creación, de Eduardo Galeano)