Celebramos un Nuevo comienzo viendo el florecer de nuestra Madre

COMO A ELLA, ÉL NOS LLAMA POR NUESTRO NOMBRE y todo vuelve a tener sentido en nuestras vidas. El Pueblo la llama elegida y nos predisponemos una vez mas a su cuidado para que nos siga cuidando.

Este 21 de Septiembre, día de la Primavera, el Pueblo Guaraní y varios pueblos originarios celebramos el AÑO NUEVO o ARA PYAHÚ. Entre el 15 y 24 de septiembre festejamos que todo vuelve a brotar, a florecer, nos preparamos para un nuevo ciclo de abundancia, volvemos a cosechar y esquilar para comenzar los nuevos tejidos que nos abrigarán. Es el día en que se Bautizan las Semillas, se las nombra y se las afirma en su esencia, se las nombra como continuidad ancestral que nos nutrirá una vez más para seguir caminando hacia la Tierra Sin Mal. 

Son festejos donde renovamos esperanzas en los vínculos comunitarios construidos y nos predisponemos a tejer nuevos lazos de hermandad para dignificar la Vida; es un nuevo comienzo que indican las flores del Lapacho; donde el pájaro primogénito, el colibrí, nos muestra la importancia de nutrir con actos de dulzura cada día al Padre/Madre de todos y de Todo.  Nuestra Pachamama se llena de colores, se perfuma y nos contagia a salir a misionar la buena noticia que revive la Vida. 

Así fue que recibimos para estos festejos, en nuestra localidad de San Clemente del Tuyú, donde también caminamos las y los Cuidadores de la Casa Común "Fogata" frente a la Reserva Ecológica de Punta Rasa, a 48 jóvenes misioneros y misioneras del Centro Educativo Franciscano Padre Castañeda de la ciudad de La Plata. Estos jóvenes estudiantes dedicados a predicar desde el Evangelio la Paz y el Bien, se hermanaron con nuestras y nuestros jóvenes estudiantes locales, y  contagiaron con sus actos solidarios a toda la comunidad costera; desde vecinos y vecinas de los barrios más humildes, pasando por los comerciantes del centro local, multiplicando abrazos e historias compartidas con nuestras y nuestros adultos mayores de los Centros de Jubilados visitados, hasta los bailes, canciones y arte dibujado para ser jugados en la escuela primaria Ceferino Namuncura del barrio Puerto, donde las y los niños regalaron sonrisas agradecidas a las y los misioneros en el día de la Primavera. 

 

   

 

Toda esta entrega de Amor al prójimo desprendido, gratuito, y disfrutado por las y los misioneros tuvo su retribución y caricia por parte de nuestra comunidad para el día de cierre "del viaje aventura" al que las y  los jóvenes se adentraron en nuestra localidad. Fue con la propuesta que nos hiciera el Padre Julio, párroco de San Clemente, a todas y todos los servidores, de organizarles una Gran Peña donde, a parte de la juntada de fondos para la Parroquia que los jóvenes se proponían como tarea, cada abuelo, abuela, vecino, vecina, niños y niñas de San Clemente, podrían traer sus ofrendas con el corazón abierto para despedir y agradecer el amor misionero compartido en estos días. Y hasta vinieron a dar una mano las Cuidadoras de la Casa el Fogón de Avellaneda. 

Era imposible no ver y sentir el llamado colectivo que se fue dibujando como mensaje profético común. El telón detrás de la gran fiesta rezaba PAZ; y para alcanzar la Paz en la Tierra para las mujeres y hombres que Ama Dios, debemos SALIR A ANUNCIAR QUE ES POSIBLE OTRO MUNDO: UN MUNDO DE HERMANAS Y HERMANOS, SIN EXCLUIR A NADIE, SIN ESCLAVIZAR A NADIE, SIN GUERRAS NI HAMBRE. ES POSIBLE, Y LAS Y LOS JOVENES NOS ESTABAN MOSTRANDO CON SU SOLIDARIDAD GENUINA, CON SUS CANCIONES Y SUS BAILES APASIONADOS, QUE ES POSIBEL EL FESTEJO DE LA ABUNDANCIA SI SABEMOS CUIDARNOS ENTRE TODOS Y NOS PREDISPONEMOS A CUIDAR A NUESTRA MADRE TIERRA. 

 

JOVENES, ADULTOS, NIÑAS Y NIÑOS, luego de misionar una semana, EN COMUN-UNIDAD. Todas y todos juntos celebrando la VIDA, la posible vida en igualdad y abundancia, compartiendo y sonriendo. ALLI ESTABAMOS. ACUIDIENDO AL LLAMADO DEL QUE NOS LLAMA POR NUESTRO NOMBRE Y A LA MISION DE SER LIBRES EN COMUNIDAD AMANDO AL PROJIMO. 

SOMOS TESTIGOS PORQUE LO VIVIMOS. Los jóvenes misioneros retornaron ayer a La Plata; pero hoy todas y todos en el Pueblo hablan de la gran Peña numerosa y solidaria. Todas y todos siguen cantando y bailando en el Centro de Jubilados; hoy las niñas y niños de la Escuela Primaria Ceferino Namuncurá salieron a jugar en el recreo y saltan en las rayuelas pintadas que dejaron las y los jóvenes misioneros. Hoy las y los Cuidadores de la Casa Común visitamos las obras de la Capilla, acercamos las donaciones de alimentos a familias del Barrio Puerto, y limpiamos el campamento de la Reserva Ecológica preparándonos para volver a recibir a otras y otros jóvenes que, hoy mas que nunca, estamos convencidos que llegaran a visitarnos en La Costa con mas ansias de aprendizajes mutuos, para seguir multiplicando la Palabra en acciones comunitarias. Hoy también el Padre Julio, cansado por las jornadas misioneras pero con una sonrisa contagiosa, nos regaló como cierre de la semana la homilía en homenaje a nuestra Madre. Nuestra María protectora;  que se funde en  la vitalidad de la Pachamama; la misma que es nombrada con diferentes nombres pero que es siempre "la Elegida por Dios" para cuidar la Misión; aquella que este 24 de septiembre  la celebramos en Chascomús como la Madre que nos otorga Libertad, de la Merced, la Generala del Ejercito Independentista nombrada por Belgrano; la misma que nos ayuda a librar con coraje cada misión emprendida contra nuestros temores y cautiverios. 

Si faltaba alguna señal que "La que otorga Libertad" nos llamaba, nos acercan las imágenes otras y otros cuidadores desde Cuartel V, que se encontraban celebrando también un "Nuevo Comienzo" junto a la Pastoral Migrante de la Diócesis de Merlo-Moreno. En el encuentro de los Pueblos de las Naciones que habitamos juntos estos territorios, nuestras esperanzas se iban uniendo en un mismo festejo, trayendo cada uno las imágenes de la Virgen de Guadalupe, la de Caacupé, la de Urkupiña,  la de la Candelaria, la de Copacabana, nuestra señora de Lujan, la de Magdala y la de Nazaret, y en un barrio mas al fondo preparaban a la Virgen del Valle de San Nicolás, junto a la huerta comunitaria en el barrio 1ro de Marzo. ELLA en todas ellas, nos convocaba a la Gran Fiesta Misionera. 

Una semana donde en este año nuevo, este Nuevo Comienzo, nos juntamos todas y todos a festejar el renacer, la fuerza del subsuelo y del cielo que nos empuja a librarnos de cadenas, a salir del cautiverio, de amar con coraje hasta dar la propia vida por mas Vida, a librar nuestras batallas juntas y juntos, a no dejar a nadie atrás ni caído, a levantarnos una vez mas, y a decirle a la muerte que no nos ha vencido ni nos vencerá. 

Tener un nombre, un nombre no colonizado ni impuesto a dedo, sangre o fuego, un nombre que nos es dado con Amor y Raíz por nuestro Pueblo, un nombre con el que somos llamados y nos sentimos responsables de su significado, un nombre que nos da identidad siendo continuidad de nuestros ancestros, y por el que nos llaman para afirmar una forma ancestral de vida: UBUNTU, SOY PORQUE NOSOTROS SOMOS. 

FUIMOS LLAMADAS Y LLAMADOS POR NUESTROS NOMBRES. ACUDAMOS A NUESTRO LLAMADO PARA DAR SENTIDO A CADA DIA DE NUESTRAS VIDAS. ACUDAMOS AL LLAMADO DE MISIONAR PARA ANUNCIAR A OTRAS Y OTROS LA BUENA NOTICIA QUE OTRO MUNDO ES POSIBLE, UN MUNDO DONDE QUEPAN TODOS LOS MUNDOS. 

"En las casitas pintadas
con mil colores huele a jazmín
y aquí y allá una “cordiona”
canta sus sueños en guaraní.

Si son del norte o sureños
no se pregunta ni es condición,
son tan hermanos los unos
como los otros bajo este sol.

Los paraguayos, los bolivianos con los de aquí,
tanto uruguayo, tanto peruano, tanto país.
Que tiene acento de Patria Grande para vivir,
que tiene el mismo color de cielo allá o aquí.

Las callecitas veloces
y los gurises tras el balón,
algún vecino se queja
pero algún otro grita ese gol.

La misma antigua pobreza,
el mismo modo de perdurar,
las mismas ganas de todos,
las mismas ansias de Libertad. (...)" 

(Con la Misma Voz - Teresa Parodi)