FOGATA

FOGATA
Cooperativa de Formación para el Cuidado de la Casa Común

viernes, 29 de marzo de 2024

NOS MATAN POR AMOR A LA HUMANIDAD POR SOBRE TODA LEY Y TEMPLO

 



La Semana Santa siempre nos interpela sobre nuestras decisiones de cómo vivir nuestras vidas, qué hacemos con cada segundo, minuto, horas, meses y años en los que se nos ha dado la bendición de poder compartir con otros la abundancia gratuitamente dada, y que la codicia, el odio y el egoísmo de unos pocos nos quita día a día. Una semana que nos llama a la necesaria reflexión de lo que hemos hecho hasta hoy, recordar a otras y otros que también hicieron por nosotros, qué estamos haciendo hoy para honrarlos y dignificarnos, y qué deberemos hacer si aspiramos a ser, en Común-Unidad, sanados, salvados, liberados, felices en una Paz anhelada.

   

Por ello, como todos los años, salimos al Encuentro en las calles, en las plazas, en las playas de la Memoria; para peregrinar juntas y juntos, para acariciar dolores, abrazar soledades, secar lágrimas de tristezas, para contarnos Verdades que la guerra, el odio, el miedo, el hambre aturden para que no lleguen a nuestros corazones. Salimos a cantar, contar, gritar nuestra Verdad sin temor y haciendo Justicia como Jesús nos enseñó; él que caminó al peligro sin detener su Verdad, a él que lo asesinaron y lo exhibieron para que otros callemos, él que amó tanto que no especulo en salvarse solo sino que entregó hasta su último aliento de humanidad…para que después de más de 2000 años podamos seguir teniendo como testimonio y guía a ese Amor vencedor siempre ante la muerte y la opresión. Este año volvimos a la procesión de nuestras estaciones, volvimos a sudar sangre recordando viejas masacres de nuevos emperadores, y reviviendo aquellos y los actuales calvarios junto al propio dolor y al dolor de los crucificados de hoy.

 

Peregrinamos junto al Pueblo a las plazas, y en San Clemente del Tuyú como Cuidadores de la Casa Común "Fogata", junto a la Asamblea Proteger Derechos: Agrupación Somos Andando, Biblioteca Popular Juan 23, Mesa de la Militancia, Nuevo Encuentro y la UTEP, acompañados por familiares de detenidos-desaparecidos, por las y los jóvenes de Eco Murga y vecinos de los distintos barrios locales, seguimos caminando con nuestras ofrendas florales en las manos hasta el Mar, luego de unas palabras de Memoria, de cantores que cantan Verdades, y artistas que hicieron una puesta de escena de la marcha de las Madres exigiendo Justicia. Ese mismo mar, que como nos recuerda Neli, es una Madre…por eso nunca nos deja solos ni solas, y siempre a pesar de las siete espadas en su corazón, de alertarnos de que también sufriremos si nos decidimos a caminar la senda de la Verdad, ella como el mar nos devuelve la paz, la contemplación y el coraje para volver a levantarnos una y otra vez y continuar luchando para amar siendo amados. Esa Madre/Mar que nos devuelve siempre la Verdad que otros quieren ocultar; nos devuelve la pequeñez de los reyes, malos gobernantes y servidores del odio frente a su grandeza, la indefensión de las armas de los Imperios frente a sus tifones y tormentas, y el inmenso amor cuando en sus playas nos devuelve los cuerpos que asesinos cobardes arrojaron, para esconder sus vergonzantes planes de exterminio por cuatro monedas.

Hasta las Playas de la Memoria caminamos, familias cristianas, evangelistas, musulmanas, creyentes de Dios, de dioses, de lo humano y/o de la Pachamama. Un mismo Pueblo caminando y un mismo corazón en la mano para ofrendar a la Madre, a las madres, al Mar, recordando por qué nos matan, haciendo consiente el Amor entregado en cada vida que no frenó su andar bajo amenaza de muerte, sufriendo con nuestras actuales cruces y opresiones, pero sobre todo como una iglesia en salida gritando entre los escombros que RESUCITAREMOS UNA VEZ MAS Y LEVANTAREMOS LA COMUNIDAD QUE ÉL Y ELLOS NOS ANUNCIARON.

   



DIOS NI CONSINTIÓ NI QUISO Y MENOS AÚN EXIGIÓ LA MUERTE DE JESÚS PARA PERDONARNOS

Fray Marcos

Aunque la liturgia comienza con el recuerdo de la entrada de Jesús en Jerusalén, no podemos pensar que fue una entrada triunfal. Hubiera sido la ocasión ideal, que los dirigentes judíos estaban esperando, para rendir a Jesús. La subida a Jerusalén por la fiesta de Pascua se hacía siempre en grupo (un pueblo, una familia o una facción). Era siempre una romería, y esto implicaba fiesta y alegría (cantar, bailar, agitar ramos u otros objetos vistosos). Lo narran los cuatro evangelios, pero en Mt y Jn encontramos la verdadera razón del relato: para que se cumpla la Escrituras, “mira a tu Rey que viene…”

Lo verdaderamente importante, en el relato de la pasión, está más allá de lo que se puede narrar. Lo esencial de lo que ocurrió no se puede meter en palabras. Lo que los textos que nos quieren trasmitir hay que buscarlo en la actitud de Jesús, que refleja plenitud de humanidad. Lo importante no es la muerte física de Jesús sino descubrir por qué le mataron, por qué murió y cuáles fueron las consecuencias de su muerte para los discípulos. La Semana Santa es la ocasión privilegiada para plantearnos la revisión de nuestros esquemas teológicos sobre el valor de la muerte en la cruz.

Estamos en el mejor momento del año para tomar conciencia de la coherencia de toda la vida de Jesús. Dándose cuenta de las consecuencias de sus actos, no da un paso atrás y las acepta plenamente. Es una advertencia para nosotros, que siempre estamos acomodando nuestra conducta para evitar consecuencias desagradables. Sabemos que nuestra plenitud está en darnos a los demás, pero seguimos calculando nuestras acciones para no ir demasiado lejos, poniendo límites “razonables” a nuestra entrega; sin darnos cuenta de que un amor calculado no es más que egoísmo camuflado.

Los textos que han llegado a nosotros no son de fiar porque están escritos desde una visión pascual de la pasión y muerte y no pretenden informarnos de lo que pasó sino darnos una teología sobre los hechos. Hoy sabemos que le mataron a los romanos por miedo a un levantamiento contra Roma. Pero lo que sabemos sobre Jesús no da pie para pensar que fuese un sedicioso. Lo más probable es que los jefes religiosos dieran a Pilato argumentos para que pensara que Jesús podía ser un peligro real para el imperio.

La muerte de Jesús es la consecuencia directa de un rechazo frontal y absoluto por parte de los jefes religiosos de su pueblo. Rechazo a sus enseñanzas ya su persona, por intentar purificar su religión. No pensemos en un rechazo gratuito y malévolo. Fariseos, escribas y sacerdotes no eran gente depravada que se opusieron a Jesús porque era bueno. Eran gente religiosa que pretendía ser fiel a la voluntad de Dios, que ellos se encontraban en la Ley. También para Jesús era prioritaria la voluntad del Padre, pero no la buscaba en la Ley sino en el hombre. Su muerte manifiesta lo radical de la oposición.

Era Jesús el profeta, como creían los que le seguían, o era el antiprofeta que seducía al pueblo. La respuesta no era tan sencilla. Por una parte, Jesús iba claramente contra la interpretación de la Ley y el culto del templo, signos inequívocos del antiprofeta. Pero por otra, los signos de amor eran una muestra de que Dios estaba con él, como apuntó Nicodemo. Lo mataron porque denunciaron a las autoridades que, con su manera de entender la religión, oprimían al pueblo. Le mataron por afirmar, con hechos y palabras, que el valor del hombre concreto está por encima de la Ley y del templo.

Nunca podremos saber lo que Jesús experimentó ante su muerte. Ni era un inconsciente ni era un loco ni era masoquista. Tuvo que darte cuenta de que los jefes querían eliminarlo. Lo que nos importa a nosotros es descubrir las poderosas razones que Jesús tenía para seguir diciendo lo que tenía que decir y haciendo lo que tenía que hacer, a pesar de que estaba seguro que eso le costaría la vida. Tomó conscientemente la decisión de ir a Jerusalén donde estaba el peligro. Que le importara más ser fiel a sí mismo que salvar la vida, es el dato que debemos valorar. Demostró que la única manera de ser fiel a Dios es ponerse del lado del oprimido y defenderlo, aun a costa de su vida.

No se puede pensar en la muerte de Jesús, desconectándola de su vida. Su muerte fue consecuencia de su vida. No fue una programación por parte de Dios para que su Hijo muriera en la cruz y de este modo nos librara de nuestros pecados. Jesús fue plenamente un ser humano que tomó sus propias decisiones. Gracias a que esas decisiones fueron las adecuadas, de acuerdo con las exigencias de su verdadero ser, nos han marcado a nosotros el camino de la verdadera salvación. Si nos quedamos en el mito del Hijo, que murió por obediencia al Padre, hemos malogrado su muerte y su vida.

Hay explicaciones teológicas de la muerte de Jesús que se siguen presentando a los fieles, aunque la inmensa mayoría de los exégetas y de los teólogos las han abandonado hace tiempo. No debemos seguir interpretando la muerte de Jesús como un rescate exigido por Dios para pagar la deuda por el pecado. Además de ser un mito ancestral, está en contra de la idea de Dios que el mismo Jesús desplegó en su vida. Un Dios que es amor, que es Padre, no casa muy bien con el Señor que exige el pago de una deuda hasta el último centavo. Ni podemos ofender a Dios ni Él se puede sentir ofendido.

Para los discípulos la muerte fue el revulsivo que los llevó al descubrimiento de lo que era verdaderamente Jesús. Durante su vida lo siguió como el amigo, el maestro, incluso el profeta; pero no pude conocer el verdadero significado de su persona. A ese descubrimiento llegaron por un proceso de maduración interior, al que solo se puede llegar por experiencia. La muerte de Jesús les obligó a esa profundización en su persona ya descubrir en aquel Jesús de Nazaret, al Señor, al Mesías al Cristo y al Hijo. En esto consistió la experiencia pascual. Ese mismo recorrido debemos hacernos.

A nosotros hoy, la muerte de Jesús nos obliga a plantear la verdadera hondura de toda la vida humana. Jesús supo encontrar, como ningún otro ser humano, el camino que debemos recorrer todos para alcanzar la plenitud humana. Amando hasta el extremo, nos dio la verdadera medida de lo humano. Desde entonces, nadie tiene que romperse la cabeza para buscar el camino de mayor humanidad. El que quiera dar sentido a su vida no tiene otro camino que el amor total, hasta desaparecer.

La interpretación de la muerte de Jesús determina la manera de ser cristiano. Ser cristiano no es subir a la cruz con Jesús, sino ayudar a bajar de la cruz a tanto crucificado que hoy podemos encontrar en nuestro camino. Jesús, muriendo de esa manera, hace presente a un Dios sin pizca de poder, pero repleto de amor, que es la fuerza suprema. En ese amor reside la verdadera salvación. El “poder” de Dios se manifiesta en la vida de quien es capaz de amar entregando todo lo que es.

Fray Marcos

 

domingo, 3 de marzo de 2024

HAY QUE NACER DE NUEVO

 Este tiempo en el que se oscurecen las esperanzas, que los cálculos de la razón opacan el brillo del corazón, en que se nublan las miradas y que no resuenan las canciones, debemos confrontar las agresiones, los discursos de odio, las  desenfrenadas violencias, como provocaciones que nos llaman a pensar juntos, no individualmente en forma vulnerable, sino en común-unidad los caminos a transitar para salvar a las y los que amamos, a nosotros mismos, a la Humanidad, a toda nuestra Casa Común, que están en peligro. Estamos llamadas y llamados en este periodo a prepararnos, reconociendo errores y perdonándolos, a pedir perdón por no escuchar, por egoísmos, por personalismos, por negar la enriquecedora sabiduría en las diferencias, por dejarnos llevar por el que divide y pide de  mí un pacto de entrega de dignidad para que el odio se propague y no podamos encontrarnos. Poner todo el cuerpo y compromiso en este momento de reflexión y necesaria conversión material y espiritual para dar batalla firmes a estas nuevas amenazas de viejos mercaderes.

Reencontrarnos con la sabiduría de los profetas, de nuestros ancestros y la fuerza de la religiosidad popular; para recuperar y organizar la acción guiados por  los cinco principios que rigen la Vida andina: Munay (AMAR), Yachay (conocer, aprender y recordar), Llan´kay (TRABAJAR), Kawsay (VIDA), y sobre todo AYNI  (RECIPROCIAD, el imprescindible INTERCAMBIO de energías entre las Criaturas, la Naturaleza y el Universo) . Necesitamos salirnos de los laberintos en los que nos meten, en la mercantilización de la Vida, en distraernos con conmociones y terrores que nos paralizan, y encontrar esa inmensa fuerza popular, que desde la sencillez y humildad, irradia Luz contra  toda tiránica tiniebla.

NACER DE NUEVO, una vez más. Es el camino que nos ofrece Jesús, nuestros Pueblo Originarios, y hoy también JUANI, nuestro nuevo OBISPO DE CHASCOMUS. La Diócesis de Chascomús se prepara para volver a nacer junto a Juan Ignacio Liébana, su nuevo pastor que huele más a ovejas que a  incienso húmedo encerrado en el templo. Un Padre, hermano, pastor y amigo, como él mismo se presenta, y se ofrece para ser arcilla moldeada por la voluntad de Dios y las manos de su Pueblo. Un nuevo obispo que presentándose humilde servidor nos propone entregarnos junto con él como pan partido para ser comido y compartido, un pan compartido entre el pueblo pobre y trabajador; nos propone ser seres de luz disipando tinieblas de prejuicios, chismes, odios y sentires malignos personalistas o supremacistas, como patrones de estancias que excluyen, segregan, dividen y lastiman con indiferencias.

Llega a tiempo un Nuevo Obispo para prepararnos hacia nuestras pascuas. Nos trae aromas de monte y tierra santiagueña, lo acompaña la Virgen de Huachana, y en ofrenda su pueblo nos pide cuidarlo sabiendo que otras y otros más lo estamos necesitando.  Lo ofrendan como nuevo Pastor para estos nuevos tiempos. Tomamos la posta, ellos llegan hermanados, nosotros con los ojos esperanzados en poder reconocernos en ellos y levantar en nuestra diócesis la misma cultura del Encuentro. Gracias pueblo de Añatuya por traer al Padre Juani y hacer la voluntad de Dios con su llegada a estas tierras; las Tierras del Tuyú lo reciben también para renacer.

El Padre Juani se prepara para este renacer, y sabe que necesita de toda la fuerza ancestral para el nuevo desafío; nos presenta y nos invita a tomar como símbolos firmes y fuertes contra todo Mal: al Corazón junto con la Cruz para no olvidar el coraje e infinito Amor necesario para la entrega total de nuestras vidas al proyecto de vivir en un reino de pleno Amor, una pasión de vida ofrendada a la búsqueda de la felicidad en la Tierra Sin Mal; la flor de los cuatro pétalos Tonali, la misma que lleva en el vientre la Virgen de Guadalupe,  Madre de Nuestra Americana, que los indígenas reconocen como la morada de Dios, y nos recuerda que nos ha sido entregada una dignidad infinita que en nosotros habita y que debemos cuidar de toda esclavitud; trae el báculo de madera del firme Algarrobo tallado por un hermano privado de la libertad y esperanzado siempre en su salvación; su Cruz pectoral moldeada por manos de una mujer alfarera artesana hecha de tierra santa de Huachana y presentada como tesoro guardado en vasija de barro; su anillo hecho de hojas de árboles fuertes y acogedores como el lapacho colorado, del chañar, el huachacan y del algarrobo. Imposible que con la protección de estos gigantes, Mal alguno pueda con nuestro nuevo Obispo, por las dudas él nos recuerda que todos ellos invocan, y nos invitan siempre a invocar, la mayor fuerza protectora de la Madre de Dios para que nos acompañe en esta nueva aventura de volver a Vivir una vida en abundancia compartida. 

 

Sabe que esta invitación incomodará a aquellos que recelan privilegios en una Iglesia cerrada y clerical, que al decir del Papa Francisco se parece más a un museo que a la Casa de puertas abiertas y hogareña de Dios. Sabe que habrá obstáculos, tristes momentos y mezquinos sentimientos; pero eso es lo que lo incentiva aún más a hacer conocer la Buena Noticia de que es posible vivir al estilo de Jesús, vivir mejor, vivir y no sobrevivir detrás del consumo y la competencia, adorando a los falsos dioses como los son el “dios dinero” y la “diosa ganancia”. Él sabe, y tiene le misión a la que nos invita, de despertar a tiempo, de NACER UNA VEZ MAS, e intentar hacerlo mejor como Él nos enseñó. Por ello es que el Padre JUANI nos invita a caminar y levantar juntas y juntos, una iglesia en salida; una Iglesia orante, fraterna y misionera. En estas tierras de agua salada, en estas tierras recorridas por debajo por una grieta en la que se encuentran el río Paraná y el de La Plata, donde la bahía termina en un gran beso del río con el mar; en estas tierras del Tuyú, tierras de barro moldeadas por manos de pescadores, artesanos, peones rurales, hombres y mujeres de trabajo que conviven con las maravillas de una Madre Tierra que resiste a la contaminación y el saqueo. En estas tierras nombradas por hermanas y hermanos guaraníes, tehuelches y querandíes, y compartidas con tantos migrantes; morada de las aves migratorias que vienen a descansar de sus largas travesías para continuar desafiantes viajes…hasta aquí Dios y su Pueblo trajo al Padre JUANI, con su discernimiento y el saber que nuestros hermanos y hermanas santiagueñas que le ofrendaron para ahora multiplicarlo.

Él nos pide ayuda, solidaridad, Palabra sincera y clara, nos pide Reciprocidad, para caminar juntas y juntos este nuevo gran desafío de VOLVER A NACER. Su lema episcopal: “Permanezcan en mi Amor”; nosotros sabemos que si permanecemos en el Amor de Dios, Si DIOS ESTA CONMIGO QUIÉN CONTRA MI.

Volver a Nacer, como personas de Luz y Verdad, como guardianes de la Vida en abundancia y de la Madre Tierra; Volver a nacer como Comunidad de la Tierra del barro y del agua salada, en común-unidad sin excusiones; Volver a Nacer como Iglesia orante, fraterna  y misionera en la diócesis de Chascomús. Volver a nacer como Patria, como Pueblo argentino hermanado con todas sus naciones diversas; volver a nacer como Humanidad, venciendo las tinieblas del hambre, la guerra y la muerte…nos preparamos con todos nuestros dolores e incertidumbres, con todos los sufrimientos y martirios de las y los hermanos a los que debemos acudir urgente, con todas las llagas abiertas de nuestra Madre Tierra, para…VOLVER A NACER UNA VEZ MAS, Y ASI REENCONTRARNOS CON EL GRAN AMOR EN EL CAMINO HACIA LA TIERRA SIN MAL.


“Hay que nacer de nuevo.

Somos fruto de la evolución de la carne.

No he nacido como ser espiritual ya realizado.

Tengo la capacidad de llegar a serlo,

pero debo desplegar esa capacidad que se me ha dado.

Si no la despliego, me quedaré en la carne.”

Fray Marcos

ENCICLICA DEL PAPA FRANCISCO - LAUDATO SI

SE ANUNCIA TORMENTA PARA EL AMANECER

  Aún la tiranía continúa. Nuestros cuerpos la padecen. Las políticas de este gobierno laceran el tejido social, secuestran nuestros derecho...