En el marco de encuentros entre organizaciones de base de las distintas comunidades que integramos la Pastoral Social de la Diócesis de Chascomús, compartimos un hermanamiento entre la Escuelita de Surf Solidaria Maranatha de Santa Teresita y Cuidadores de la Casa Común FOGATA - de Punta Rasa, San Clemente del Tuyú.
Alentando este primer encuentro, para ofrecer a nuestras niñas, niños y jóvenes un ámbito de escucha, de contención y desarrollo de distintas capacidades creativas y recreativas animadas por la contemplación y vivencias directas con la "Madre Tierra"; tanto Juan Pablo Lorusso (referente de "Vientos de Libertad"), Facundo Segura (referente de la Escuela de Surf Maranatha, que ya cuenta con años de experiencia en el acompañamiento de nuestras niñeces y jóvenes), como Lito Borello ( miembro del Movimiento Misioneros de Francisco y Secretario de DDHH-UTEP) y Carina Maloberti (también del M. M. de Francisco y educadora popular en la Cooperativa de Trabajo FOGATA, quienes cuentan con una base de campamento formativo pegada a la reserva ecológica de Punta Rasa), estrecharon vínculos y proyectaron acciones para ampliar el abrazo necesario a nuestros pibes y pibas, que necesitan espacios de escucha, contención y acompañamiento para transitar difíciles momentos en estos tiempos donde las adicciones, el individualismo, las violencias y el consumismo, no les permiten concretar los sueños amorosos, grandiosos y reparadores que tanto necesitan, no solo ellas y ellos sino también nuestras comunidades y el planeta entero.
Una jornada esperanzadora, en la que pudieron recorrer las instalaciones de la sede náutica del Club Social de Pesca, Náutica y Fomento de San Clemente del Tuyú ("Tapera de Lopez"), y navegar en la lancha/escuela "Patriota" de las y los cuidadores de la Casa Común, que se encuentra a disposición para los cursos náuticos e iniciación a oficios para nuestros jóvenes. Compartimos entusiasmados este primer gesto de hermanamiento a profundizar; y animados por las miradas felices, contemplativas, sorprendidas, inquietantes, y desafiantes de las y los jóvenes que nos acompañaron; viéndolos compartir el contacto con el río, el mar, las aves, y la búsqueda de respuestas junto a otros, nos predisponemos a redoblar esfuerzos en la misión por hacer, de los proyectos que allí surgieron, una realidad en nuestra común-unidad.
Una juntada esperanzadora en la que todas nuestras pequeñas acciones avizoran al encontrarse la constatación de la premisa que nos recordara nuestro Papa Francisco en la que la fuerza del TODO que construimos en común-unidad es más que la suma de las partes de lo que hacemos por separado. Esa fuerza de todos en Uno, que vimos en la mirada de las y los jóvenes ante la inmensidad del mar mientras lo navegaban juntos, es la que nos compromete apasionadamente en el saludo final: "NOS VOLVEREMOS A VER PRONTO".