EN DEFENSA DE NUESTROS RÍOS, QUE SON LA SANGRE RESISTENTE QUE NUTRE UN CORAZON LIBRE QUE SIGUE LATIENDO EN NUESTRAS TIERRAS

 “Un viejo proverbio enseña que enseñar a pescar es mejor que dar pescado [...] pero ¿qué pasa si alguien compra el río, que era de todos, y nos prohíbe pescar? ¿O si el río se envenena, y envenena a sus peces, por los desperdicios tóxicos que le echan?

O sea: ¿qué pasa si pasa lo que está pasando?” ― Eduardo Galeano

 

Al calor de una Revolución pendiente que el mes de mayo siempre nos recuerda, nos movilizamos empujados y empujadas por el sentir patriota de las y los Resistentes de ayer y de hoy.  Entre los 9 de junio y los 14 de junio de cada año, a toda la militancia del campo nacional y popular nos hierve la sangre y nos levanta bien temprano el toque de diana llamando a todas las resistencias que tenemos en nuestras mochilas, para organizar las necesarias sublevaciones contra la opresión del tirano colonizador de turno. *Desde aquellas Resistencias originarias de hace más de 500 años, de todas las resistencias federales e independentistas al centralismo y al saqueo foráneo, al calor todavía encendido de aquella Resistencia Peronista a todas las dictaduras fusiladoras y entreguistas, acompañadas y acompañados por los sobrevivientes de la Máxima Resistencia en Malvinas recordando a nuestros héroes y heroínas combatientes; junto a todas y todos ellos nos dimos cita en el Campamento “Lucio N. Mansilla”, en Granadero Baigorria, Rosario, en defensa del río Paraná.*

Allí la militancias de varias organizaciones políticas, sindicales y sociales nos constituimos en Campamento y nos fuimos preparando para una nueva acción de resistencia, escrache y visibilizacíon de las ubicaciones de los colonizadores de hoy, y asi seguir sumando voluntades en la defensa decidida por nuestros bienes comunes estratégicos, por nuestros territorios, por nuestras comunidades, por la Vida toda.

Haciendo flamear nuestras banderas, entrelazadas y unidas en una sola Celeste y Blanca, que nos bendecía desde lo alto de la barranca, allí también quedaba el campamento vigilando y aguardando nuestro retorno mientras descendíamos a las orillas y nos embarcábamos para remontar el río Paraná en busca del enemigo de los pueblos: las corporaciones extractivistas financiadas por el capitalismo financiero global, que avanza en su ocupación, piratería y diseño de una gobernanza extranjerizada que balcaniza nuestra unidad territorial y amenaza la Paz en nuestras tierras con sus guerras de rapiña.

Embarcamos a la llegada de las lanchas de los pescadores artesanales, que patrullan las costas día y noche en busca del alimento para sus familias; mientras la violencia de la depredación y el robo de nutrientes se pasea por sus caras con la impunidad de la injusta y desigual pelea contra los buques de gran calado desafiando sus precarias canoas y redes.

Remontando río arriba, nos iba inundando la indignación hasta las lágrimas al ver la desigualdad de grandes empresas y guarderías de lanchas deportivas erigirse prepotentes y altaneras avanzando sobre las tierras costeras, donde humildes casillas de madera, chapa y cartón se sostienen por la fe y el milagro de Vida de las y los guises que descalzos juegan en las pequeñas playas aprisionadas por las imponentes barrancas, que no les permiten dar un paso atrás y convivir de prepo con un rio que a la vez que les trae el alimento y la vida, al mismo tiempo llora junto a ellos por la depredación, la violación y la contaminación que juntos sufren día a día y noche tras noche. Familias pobres pescadoras y río se abrazan y resisten. 

Al vernos pasar con nuestras banderas con el contorno de nuestras islas Malvinas dibujado sobre los colores celeste y blanco, con la leyenda de lucha por el Canal Magdalena, con los nombres de nuestras organizaciones como FIPCA, las cooperativas de Pesca Artesanal de Ramallo y  La Boya de Pipinas, del Movimiento Popular Los Pibes, del Bloque Peronista en ATE  y de  todas y todos los Cuidadores de la Casa Común, los brazos desde la orilla se levantan y las manos se abren en saludo de esperanza. Sobre los grandes buques, barcazas y remolcadores los trabajadores mayoritariamente detienen su labor para saludar a las banderas de sindicatos estatales, portuarios, de astilleros y gráficos que pasamos saludando al grito de *“Patria Sí, Colonia No”*, y un joven que se une corriendo a buscar su termo de mate y se asoma por la borda del buque mostrando su logo de *“MALVINAS SIEMPRE ARGENTINAS”*. Ese aliento nos impulsa aún más la marcha rumbo a los grandes y evasores puertos privados de las exportadoras cerealeras extranjeras.

Navegando entre las instalaciones y los buques, *las pequeñas y numerosas embarcaciones y sus tripulaciones patriotas, realizamos los escraches frente a las instalaciones portuarias de las multinacionales Cargill, Glencore, Renova, Nidera, Gral. Deheza, Vicentín, Bunge, entre otras;* pudimos registrar cómo sin descanso se descarga el convoy de barcazas sojeras paraguayas, mientras los buques de gran calado ya esperan fondeados para ser cargados y fugar con los nutrientes sin siquiera dejar aporte justo alguno al desarrollo soberano del país para felicidad de nuestro Pueblo. Impunes, casi sin control alguno, y con total descaro avanzan en su extractivismo dejando en la miseria, destrucción y contaminación a nuestros territorios. No se tardó ni un minuto en tomar los megáfonos, indicar el saqueo del colonizador y la connivencia de los políticos de turno en los negocios a espaldas del Pueblo. Todo registrado, acción cumplida y escrache realizado, a lo largo de 35km de expoliación y violencia institucional corrompida. La falta de decisión de enfrentar a estos grandes pulpos coloniales y formadores de precios, permite que cada minuto, cada grano de nutrientes, cada kilómetro que recorren de nuestras aguas, cada metro que ocupan de nuestro territorio, hunda a nuestros pueblos en la miseria, el hambre y la desesperanza, dejando avanzar la muerte y el ecocidio que desangra nuestra Humanidad y a la Madre Tierra.

Esta acción, que se suma a las ya realizadas en Lago Escondido en la Patagonia contra la ocupación inglesa de Lewis, en la Bahía Sambormbón en la Cuenca del Plata por el Canal Magdalena, y ahora remontando el río  Paraná para conectar todas las Resistencias en una sola Lucha por el agua, por la soberanía alimentaria, por la defensa de la diversidad cultural, por el cuidado de la Madre Tierra, y acudiendo al grito de los Pueblos contra el hambre y la pobreza; nos reafirma que a los colonizadores de hoy una vez más les va a ser difícil doblegar nuestra voluntad de ser Libres, en una Patria Justa y Soberana.

Desde las puebladas de Salta y Jujuy contra las reformas constitucionales represoras y entregadoras neocoloniales, desde un Gran Chaco que nos abraza con la Amazonia que reclama respeto y piedad frente a la desforestación y a los incendios, desde cada una de las comunidades costeras a lo largo del río Paraná y Uruguay que nos vuelven a unir en la epopeya del comandante  Andresito, de Artigas, Belgrano y San Martín; volvimos a sentir el palpitar de nuestras comunidades originarias, de nuestras y nuestros próceres independistas, volvimos a ver subir a caballo tomando un buque a Güemes haciendo retroceder al invasor, escuchamos las voces de no retroceder de nuestros combatientes en Malvinas, nos reconocimos en las y los resistentes de ayer a todas las dictaduras y a las y los resistentes de hoy en una democracia todavía restringida al Pueblo. Nos miramos a la cara, pusimos una vez más el cuerpo, levantamos una vez más el campamento patriótico, nos lanzamos al rio y a la lucha, para gritar bien fuerte contra todo pronóstico electoralista, contra todo cálculo matemático de encuestas pagas, contra toda red social y realidad virtual mediatizada, 

*POR ACA NO PASARAN. ACA SIGUE HABIENDO UN PUEBLO DE PIE, ORGANIZADO, CON SUS NUEVAS GENERACIONES GUIADAS POR LA DIGNIDAD DE LAS LUCHAS PASADAS, QUE VOLVERA  A DAR BATALLA HASTA QUE EL SOL DE MAYO UNA VEZ MAS Y DEFINITIVAMENTE BRILLE SOBRE TODOS NUESTROS PUEBLOS LIBRES.*